Libros que nos hacen viajar 3
- Dani Triguero
- 15 ene 2024
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 3 may
La literatura de montaña y aventuras nos transporta a paisajes majestuosos, desafíos extremos y experiencias transformadoras. Desde relatos épicos de expediciones hasta introspectivas narrativas de exploradores solitarios, esta lista presenta una selección de libros que capturan la esencia de la vida al límite y la búsqueda incesante de lo desconocido.
1."La araña blanca" (1959) de Heinrich Harrer
Un relato apasionante sobre la conquista del Eiger, una de las montañas más temidas y desafiantes de los Alpes suizos. La "Araña Blanca" se refiere a una peligrosa formación de hielo y nieve en la cara norte del Eiger, que ha sido escenario de numerosos intentos fallidos y tragedias.

2."Guía para viajeros inocentes" (1867) de Mark Twain
En 1867, parte del puerto de Nueva York la primera excursión turística moderna que se conoce, con destino a los escenarios clásicos del Mediterráneo. A ella se apunta el que sería luego el padre de Tom Sawyer -armado con ese humor mordaz y ese dominio del lenguaje que lo caracterizan y que lo convertirán en uno de los escritores norteamericanos más importantes de todos los tiempos-, con el compromiso de mandar crónicas del viaje al periódico que le paga el billete, el Alta California.

3."El tao del viajero" de Paul Theroux
Paul Theroux celebra cincuenta años de viajar por el mundo y reúne lo mejor de su obra y los pasajes más memorables de aquellos autores que lo han formado como lector y viajero: Vladimir Nabokov, Samuel Johnson, Evelyn Waugh, Charles Dickens, Mark Twain, Ernest Hemingway, GrahamGreene y DH Lawrence entre otros se dan cita en estas páginas. Guía filosófica y libro de viajes a la vez, El Tao del viajero es una obra para regalar y atesorar, para leer una y otra vez, como libro de cabecera que marca el camino espiritual del viajero que todos llevamos dentro.

4."Cinco viajes al infierno: Aventuras conmigo y ese otro" de Martha Gellhorn
Martha Gellhorn, pionera corresponsal de guerra, conoció docenas de países, tuvo casa en Italia, en Cuba, en Kenia... Pero solo se propuso escribir sobre viajes tras un incidente fastidioso en Creta. Ante el desaliento, ante la duda de por qué viajaba, se puso a trabajar. El resultado es la presente recopilación, con lo mejor de sus peores viajes.

5."El viejo expreso de la Patagonia" Paul Theroux
Se relata el periplo de seis meses por el continente americano en ferrocarril. La aventura comienza en un tren de cercanías de Boston y acaba cuando un viejo expreso llega a la ciudad de Esquel, en plena Patagonia argentina. Entremedias, el autor cruza México, se interna en América Central, visita Machu Picchu o se toma unos días de descanso en Buenos Aires en compañía de Jorge Luis Borges. Sin embargo, su relato nunca cae en el pintoresquismo, sino que logra evocar un fascinante fresco cultural con observaciones memorables y fina ironía.

6."El cielo protector" de Paul Bowles
Considerada como una de las 100 mejores novelas del siglo xx, El cielo protector narra el viaje al desierto del Sáhara de Port Moresby y su esposa Kit, acompañados de su amigo Tunner. Organizado inicialmente como una forma de salvar el matrimonio, el viaje se convertirá en una pesadilla. Llegados de Nueva York, los tres protagonistas chocarán con una realidad para ellos incomprensible donde nada es nunca lo que parece y que les llevará a descubrir en sí mismos la profundidad del mal que anida en todo corazón humano. Como dijo Tennessee Williams, ésta es «una novela salvaje y aterradora, una alegoría del hombre y sus desiertos».

7."En las antipodas" de Bill Bryson
Australia es mucho más que un enorme país. Y mucho más que la isla más grande del mundo. Es un universo aparte. Seco, árido, yermo, con un clima extremo y una fauna atípica. Un país donde el gusano más peludo mata con su venenoso pinchazo, donde las conchas marinas no solo pican, sino que te persiguen, donde un tiburón puede zamparte o unas irresistibles aguas arrastrarte mar adentro. Ignorando estas amenazas, Bill Bryson viajó a Australia y se enamoró del país. ¿Quién podría culparlo? La gente es alegre, ingeniosa y atenta; sus ciudades son seguras, limpias, modernas; la cerveza está fría y el sol brilla con frecuencia. La vida no puede ser mucho mejor que esto.

8."Viaje al Japón" de Rudyard Kipling
En 1889 uno de los escritores más importantes de la literatura inglesa y ganador del Nobel en 1907, Rudyard Kipling, emprendió un viaje por Asia con un último destino: el país del sol naciente. Se encontró allí en un momento de grandes cambios, con la transición del Shogunato Tokugawa a la Era Meiji y en un momento en que empezaba la occidentalización del país. En la narración el autor se sirve del personaje de un profesor inventado para dialogar sobre el presente y el futuro de Japón y es en general muy crítico con su situación

9."Cartas desde Estambul" de Mary Wortley Montagu
Una colección de cartas escritas por Lady Mary Wortley Montagu durante su estancia en el Imperio Otomano a principios del siglo XVIII. Como esposa del embajador británico, Lady Mary ofrece un relato fascinante y detallado de la vida en Estambul, con observaciones únicas sobre la cultura, las costumbres, y especialmente sobre las mujeres, a quienes conoció en espacios inaccesibles para otros viajeros europeos.

10."Un manicomio en el fin del mundo" de Julian Sancton
En agosto de 1897, el joven comandante belga Adrien de Gerlache partió para una expedición de tres años a bordo del barco Bélgica con sueños de gloria. Su destino era el extremo inexplorado de la Tierra: el continente helado de la Antártida. Pero los planes de Gerlache de ser el primero en llegar al Polo Sur magnético se torcerían rápidamente.

11."El camino más corto" Manuel Leguineche
Manu Leguineche tenía veintitrés años cuando logró unirse a una insólita expedición para recorrer el mundo en coche. Era el año 1965 y todo estaba cambiando. Este libro, escrito años después y convertido en un clásico, recuerda aquel viaje.

10."El Río" de Wade Davis
En 1941 el profesor Richard Evans Schultes, quien después sería, hasta el día de su muerte, el director del Museo Botánico de Harvard, desapareció en la selva amazónica, donde pasó los siguientes doce años de su vida explorando ríos que no figuraban en los mapas, recolectando plantas desconocidas para la ciencia y estudiando la sabiduría y las costumbres de docenas de tribus indígenas de Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Venezuela y, particularmente, Colombia. Treinta años después, a principios de la década de 1970, Schultes envió a dos de sus alumnos más destacados, Tim Plowman y Wade Davis, a seguir sus pasos con el ánimo de investigar los secretos botánicos de la coca, la vilipendiada fuente de la cocaína, la planta sagrada conocida por los incas como la hoja divina de la inmortalidad.

-Los tres libros sobre las vivencias de Bouvier:
12. "Los caminos del mundo" de Nicolas Bouvier
En 1953, con solo veinticuatro años, Nicolas Bouvier emprende, junto al dibujante Thierry Vernet, un viaje por Yugoslavia, Grecia, Turquía, Irán y Pakistán a bordo de un diminuto Fiat Topolino. A lo largo de su expedición, que se alarga diecisiete meses, ambos recogen sus impresiones y experiencias ―Bouvier las escribe y Vernet las ilustra―, en un intento de fijarlas y de retratar las costumbres de las gentes que habitan los diversos países por las que discurre su aventura, que tiene su punto y final en Afganistán.

13."El pez escorpión" de Nicolas Bouvier
Un relato introspectivo sobre el tiempo que el autor pasó en Galle, una ciudad costera de Sri Lanka, durante su largo viaje por Asia. Atrapado por una enfermedad y el aislamiento, Bouvier se enfrenta a una intensa lucha interior mientras experimenta el paisaje exótico, el calor sofocante y la soledad opresiva del lugar.

14."Crónica Japonesa" de Nicolas Bouvier
No hay otro país como Japón en la ancha geografía espiritual de este exquisito narrador suizo. Desde su primera estancia en 1955 volvió en incontables ocasiones hasta 1970, seducido por la complejidad de su cultura y el abismo pendular de sus contradicciones que Bouvier asume fascinado. Todo un aluvión de premios literarios celebran una prosa única que enlaza con instinto poético la levedad del momento, con la magia del pasado; la atmósfera zen de los lugares con un halo de intima emoción que nos atrapa a su lectura.

15."La maldita obsesión de subir montañas" de Jon Krakauer
Esta colección de ensayos y artículos aparecidos en las revistas Outside y Smithsonian es la primera obra del autor de Hacia rutas salvajes. En ella se relatan varias aventuras verídicas ambientadas en los confines más recónditos, dispares y fríos del planeta, desde Alaska y Arizona hasta los Alpes, en pos de las cimas más altas y escarpadas: K2, McKinley, Denali, Everest, Eiger.

16."Elogio del caminar" de Leslie Stephen
Cuando caminas, mueves más que el cuerpo: mueves la mente, el espíritu, todo el sistema del ser. A medida que atraviesas la distancia espacial, ganas una distancia espiritual vital con la que puedes ver de nuevo los problemas que acechan tu día, tu trabajo, tu vida. En esta obra breve y honesta, acompañada de las magníficas ilustraciones de Manuel Marsol, Leslie Stephen defiende una de sus pasiones: «Es posible que me arrepienta en algún momento de algunos placeres que no merecen tal calificación, pero el placer que aquí me ocupa es señalada y fundamentalmente inocente. Caminar es a las actividades lúdicas lo que labrar y pescar son a la industria: es primitivo y simple; nos pone en contacto con la madre tierra y la sencilla naturaleza; no requiere de un equipo complejo ni de un entusiasmo fuera de lo común».

17."Del caminar sobre hielo" de Werner Herzog
En el invierno de 1974 el cineasta Werner Herzog emprende un viaje en solitario de Múnich a París donde lo espera Lotte Eisner, historiadora y crítica de cine. Un acto de amor que, según Herzog, serviría para mantener con vida a su gran amiga Lotte, gravemente enferma. Durante esta monumental odisea el cineasta documenta todo cuanto ve: bosques, tormentas, nieve, aldeas desiertas y pueblos deshabitados. El relato se compone de reflexiones sobre la fría y absoluta soledad, sobre el mito del viaje como peregrinación heroica y ofrece una continuidad con su obra cinematográfica haciéndonos testigos del origen de su proceso creativo.
18."Reencuentro con el Tíbet" de Heinrich Harrer
En Siete años en el Tíbet que constituyó un éxito internacional Harrer nos contaba su odisea hasta la ciudad prohibida de Lhasa, su amistad con el Dalai Lama y su convivencia con los tibetanos hasta la invasión china.
Treinta años después, Harrer consigue el permiso para regresar.
En este volumen nos describe el Tíbet actual, dominado por los chinos, y lo compara con el Tíbet libre, donde la religión y la fe fueron en otro tiempo centro y contenido de toda la vida. Harrer encuentra a viejos amigos, y nos habla de la Revolución cultural, de colaboracionistas, de tibetanos en el exilio y de la fe inquebrantable del pueblo tibetano.
Harrer reflexiona y estudia con el Dalai Lama, ahora residente en Dharamsala, el modo de asegurar la independencia del pueblo tibetano.

19."Tintín en el Tíbet" de Hergé
Es el vigésimo volumen de Las aventuras de Tintín , la serie de cómics del dibujante belga Hergé . Fue serializada semanalmente desde septiembre de 1958 hasta noviembre de 1959 en la revista Tintín y publicada como libro en 1960. Hergé la consideró su aventura favorita de Tintín y un esfuerzo emocional, ya que la creó mientras sufría pesadillas traumáticas y un conflicto personal al decidir dejar a su esposa de tres décadas por una mujer más joven.
20."Un largo camino: La historia real de una huida hacia la libertad" de Slavomir Rawicz
Slavomir Rawicz (1915-2004) fue un oficial de la Caballería polaca que los rusos capturaron en 1939 y enviaron a un campo de trabajos forzados. Su escapada del gulag junto a seis compañeros más se convirtió en una de las proezas humanas más extraordinarias que se han contado jamás. Su deseo de libertad les hizo cruzar el desierto de Gobi y otras zonas inhumanas de Asia. Una vez obtenida la libertad se alistó en el Ejército británico para luchar contra los nazis. Después de la guerra no pudo volver a su Polonia natal, ocupada por los soviéticos, y se quedo en Inglaterra, donde formó una familia y vivió para contar su extraordinaria experiencia que ha inspirado a muchos desde su primera publicación.
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